El perfil para la hipertensión tipo 2 puede comprender una serie de pruebas diseñadas para evaluar la salud cardiovascular y detectar posibles factores de riesgo asociados con esta condición. Estas pruebas pueden incluir mediciones de la presión arterial en reposo para confirmar la hipertensión, así como análisis de sangre para evaluar el perfil lipídico, que incluye niveles de colesterol total, colesterol LDL (colesterol "malo"), colesterol HDL (colesterol "bueno") y triglicéridos. Además, se pueden realizar pruebas de función renal, como la medición de creatinina y urea en sangre, para evaluar la salud de los riñones, así como pruebas de función hepática para evaluar la salud del hígado. Estas pruebas ayudan a identificar posibles complicaciones asociadas con la hipertensión y guían el manejo clínico y el tratamiento adecuado para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular y otras complicaciones. Es importante destacar que el perfil específico puede variar según las necesidades individuales del paciente y las directrices clínicas vigentes.