Un perfil bioquímico completo suele incluir una serie de 12 parámetros que proporcionan información sobre la función y el estado de diferentes órganos y sistemas del cuerpo. Estos parámetros pueden variar según el laboratorio y la necesidad clínica específica, pero comúnmente incluyen:
*Glucosa en sangre: Para evaluar el nivel de azúcar en sangre, importante para el diagnóstico y manejo de la diabetes.
*Colesterol total: Para medir el nivel total de colesterol en la sangre, un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares.
*Triglicéridos: Para medir el nivel de grasa en la sangre, también relacionado con el riesgo cardiovascular.
*Ácido úrico: Para evaluar la función renal y diagnosticar la gota.
*Creatinina: Para evaluar la función renal.
*Urea: Para evaluar la función renal y el estado de hidratación del cuerpo.
*Proteínas totales: Para evaluar el estado nutricional y la función hepática.
*Albúmina: Una proteína producida por el hígado, importante para evaluar la función hepática y el estado nutricional.
*Bilirrubina total: Para evaluar la función hepática y diagnosticar enfermedades del hígado y la vesícula biliar.
*Aspartato aminotransferasa (AST o GOT): Para evaluar la función hepática y cardíaca.
*Alanina aminotransferasa (ALT o GPT): Para evaluar la función hepática.
*Fosfatasa alcalina: Para evaluar la función hepática y diagnosticar enfermedades óseas.
Este perfil bioquímico proporciona una visión integral de la salud metabólica y funcional del cuerpo, y ayuda a los médicos a diagnosticar y manejar una variedad de condiciones médicas, desde enfermedades cardiovasculares hasta trastornos hepáticos y renales.